El susto de Tina

(También disponible como audiocuento).

Tina imagina monstruos por la noche que no existen

Todas las noches, mamá ayuda a Tina y Leo a cepillarse los dientes y papá les cuenta un cuento antes de dormir. A veces sobre animales que hablan, otras son historias que les pasan a niños como ellos. Hoy les ha contado un cuento de dinosaurios muy divertido. Luego ha apagado la luz y les ha deseado buenas noches.
Tina no quiere dormir. Ha intentado jugar con Leo, pero Leo tiene sueño. Cuando ha oído que papá y mamá se iban a la cama también, ha decidido levantarse e ir a jugar al salón.

A papá y mamá no les gusta que se levanten solos por la noche, pero a Tina le da igual. Están acostados y no van a darse cuenta.

En el salón hay poca luz, pero suficiente para ver el puzzle que se ha quedado sobre la mesa. Tina se ha sentado en el suelo para hacerlo.

De repente, ha oído un ruido. ¿Qué será? Ha mirado a su alrededor, pero no ha visto nada. ¿Nada? ¿Qué es esa sombra detrás del sillón? Por la ventana entreabierta ha entrado un poco de aire y la sombra se ha movido.

“¡Es un dinosaurio!”, ha pensado Tina. Un poco más de aire, y la sombra se ha movido de nuevo. “¡Un dinosaurio! ¡Mamá, mamá!”.

Mamá ha llegado enseguida al salón y se ha encontrado a Tina llorando, muy asustada.

- ¿Qué pasa Tina?
- Ahí, detrás del sillón. ¡Un dinosaurio!

Mamá ha cogido a Tina en brazos y ha encendido la luz.

- Ya no está. ¡Pero yo lo he visto! Se movía con el viento
- No, Tina, lo que has visto es la sombra de la cortina.

Mamá ha apagado la luz y el dinosaurio ha vuelto a aparecer. La ha encendido de nuevo y no quedaba ni rastro del dinosaurio.

“Por eso no quiero que te levantes a jugar sola por las noches. Como no se ve bien, te puedes tropezar y las sombras pueden asustarte”, ha explicado mamá.

El día, para jugar y reír. Por la noche… ¡a dormir!

Ilustración: Ana del Arenal

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